La creación de una Procuraduría para la Defensa de los Derechos de la Diversidad Sexual en Nicaraguaha sido inmediatamente rechazada desde los sectores religiosos más conservadores, según informa la prensa del país.
De acuerdo a El Nuevo Diario, los más intransigentes han sido los miembros del Consejo Nacional de Pastores Evangélicos de Nicaragua(CNPEN). Mediante una “carta pastoral”, sus dirigentes han rechazado la creación de este organismo “porque dará rienda suelta a lo inmoral”.
“El homosexualismo o lesbianismo está condenado por la Biblia, es un pecado grave ante los ojos de Dios”, añade el texto.
El CNPEN, que siempre ha sido crítico con el gobierno de Daniel Ortega, insistió en solicitar a las autoridades que “no permitan” el funcionamiento de la nueva entidad y reiteró viejas críticas hacia el procurador de Derechos Humanos, Omar Cabezas. “No estamos de acuerdo con alguien que institucionalice el pecado”, sostuvo el reverendo Espinoza.
Antes que matrimonio gay, “visibilidad”
Por su parte, María Samira Montiel, quién estará al frente del nuevo organismo, evitó polemizar con los líderes religiosos (“Ellos tienen una visión de ver la vida a su manera, yo no las comparto, pero tampoco voy a atacarlas”) y enfatizó que su nuevo cargo implica un desafío enorme en un país todavía muy conservador como Nicaragua.
Montiel, quién es abiertamente lesbiana, agregó que su principal tarea es “hacer visible” a la comunidad LGTB y señaló que con su nombramiento el Estado nicaragüense da un paso positivo en materia de derechos humanos.
En entrevista con el mismo medio, la activista descartó que la promoción del matrimonio gay en Nicaragua sea una prioridad. “Aquí hay cosas más de fondo que hay que resolver”, indicó.
En Nicaragua la homosexualidad estuvo penalizada hasta el año 2007.
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